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lunes, 15 de julio de 2013

Freire, entre el exilio y el perfeccionamiento intelectual.


Por Florencia Ochoa

«Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado »
                                                                                                   Paulo Freire

A 16 años de la muerte de uno de los más emblemáticos educadores de América Latina podemos señalar que sus ideas tuvieron gran repercusión en un Brasil sometido al poder militar, el cual había inaugurado una nueva postura política e ideológica muy marcada.
El gran reconocimiento de su método a nivel internacional se debe en algún sentido a las dificultades que tuvo que sortear en su país como consecuencia de la implementación de ideas revolucionarias en lo que se refiere a educación, las cuales no fueron bien vistas por el gobierno de Castelo Branco allá por 1964 que lo calificaron de subversivo y lo llevaron a prisión por aproximadamente setenta días. Luego de ello Freire optó por el exilio en Chile, primero, en EE.UU y ginebra después.
Dichas ideas, por las cuales fue perseguido, estaban ligadas a un sistema de alfabetización que llevaba su nombre y que promovía el aprendizaje de lectura y escritura en el cual el educando debiera aplicarlos asumiéndose como sujeto consciente dentro de la historia, que aprendiera el alfabeto pero sin desligarse de la realidad social en la que se encontraba inmerso, es decir, que el proceso educativo debía centrarse en el entorno de los alumnos, entendiendo la propia realidad como parte primordial del aprendizaje.
La creación de este plan tan novedoso se debió en parte a la experiencia adquirida con la enseñanza de portugués y su intercambio de conocimientos con su primera esposa la cual se dedicaba a la enseñanza primaria, logrando así que en 1961 se creara el famoso método Paulo Freire.
En cuanto a lo educativo, Freire centraba su interés en que el hombre generara conocimiento para así dar lugar a su liberación en medio de estructuras políticas, económicas y culturales abusivas. Su propósito era revelar y emplear soluciones liberadoras por medio de la interacción, la transformación social y concientización de la realidad sociocultural que conforma sus vidas, junto con la capacidad de transformar la realidad.
En alguna entrevista una vez dijo que la experiencia de lo nacional fue lo que lo preparó para lo universal y que el exilio le “enseño la latinoamericanidad”. Amén de ello, es destacable que a raíz de las experiencias desagradables que le tocaron vivir, de alguna manera éstas contribuyeron a que sus ideas alcanzaran relevancia a nivel mundial, siendo deliberadas, aprovechadas y experimentadas principalmente en el Tercer Mundo, ya que obligado por el exilio recorrió diversos países enseñando su doctrina y dejando un legado por demás de valioso para aplicar en la enseñanza de los llamados oprimidos.
A fines de los años setenta se producen notables cambios en Brasil, los cuales llevan al país a una "lenta, segura y gradual" apertura política, permitiendo el regreso de varios exiliados políticos, entre ellos Paulo Freire quien es recibido con honores a lo largo y ancho de la nación. Trabajó en São Paulo como profesor de educación y años más tarde, precisamente en 1988, Freire aceptó el puesto de Secretario Municipal de la Educación hasta 1990 cuando decidió dedicarse pura y exclusivamente  a la labor de maestro y escritor hasta su muerte en mayo de 1997.
Este articulo fue un tentativa de revisión de la influencia que generó el contexto político brasileño de los años ’60 y ’70 en la divulgación de las ideas de Freire, las cuales se encontraban (y se encuentran)  ligadas a la cultura y política popular ya que no hay cultura del pueblo sin política del mismo.
En resumen, el destacado pedagogo fue perseguido y encarcelado por el gobierno militar de los años ’60 por haber centrado su interés en hombres y mujeres iletrados, los cuales se veían imposibilitados de construir y transmitir conocimientos a los que Freire intentaba llevar al goce de una edificación de un mundo común, mundo que no era aceptado por los golpistas principalmente, ni los sectores sociales adeptos a éste.
Mientras en Brasil las palabras Paulo Freire no podían ser mencionadas en público debido que se encontraba proscripto nada ni nadie pudo frenar ni prever las grandes repercusiones que tuvieron sus ideales a nivel internacional, dejando al descubierto una vez más por qué es considerado uno de los pedagogos más importante del siglo XX y por qué dejo un legado valiosísimo para la educación popular latinoamericana y mundial. 

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